Localidad de Madrigal del Monte

La villa de Madrigal posee una antigüedad superior al milenio aunque el documento más antiguo que puede exhibir su historia está fechado el 16 de mayo del año 1027, éste se haya conservado en los archivos de Covarrubias y de la Catedral de Burgos. Por ese pergamino se sabe que doña Urraca, famosa abadesa infanta de Covarrubias, prestó a Eita y Caral, dos personajes hacendados en la Castilla condal, 600 sueldos de plata. Fueron fiadores del préstamo cuatro señores importantes entre ellos un mozárabe de Arcos. Parece que Eita y Cara en vez de dinero saldaron su deuda con los bienes que poseían en Madrigal y en Cogollos. La cantidad era importante en aquel tiempo e importante debía de ser la hacienda que suponía. Pero lo importante es el dato que revela que Madrigal era una villa de interés económico en la que los próceres del Condado invertían dinero. Esto confirma la opinión de que Madrigal es una villa fundada lo más tarde entre los años 900 y 912 cuando se cerró la línea de defensa del río Arlanza desde Castrovido a Palenzuela permitiendo el trabajo sosegado entre el Arlanza y el Arlanzón. El apellido que acompaña a Madrigal, "del Monte", se debe a que la localidad está situada en la enorme mancha de bosque que cubría esta orilla del Arlanza en la que resaltaba la propiedad de Valzalamio que la madre del Conde Fernán González regaló al monasterio de San Pedro de Cardeña y en el que se alimentaban miles de cabezas de ganado. Pero un documento de 26 de noviembre de 1060, cuando ya Castilla era reino bajo el cetro de Fernando I, apellida a Madrigal de Fernando Falconiz. Esto hace pensar en el presunto fundador de la villa, un hombre curioso que había llegado con su familiares y amigos y había establecido el poblamiento, el reparto de tierras y la defensa contra los musulmanes a principios del siglo anterior. Por esa escritura, una dama, condesa de nombre y título, dona la villa a San García, abad del monasterio de San Pedro de Arlanza. Entrega toda la materialidad de la villa (tierras, bosques, aguas, molinos, sernas, viñas, frutales etc.) pero no la jurisdicción que permanecía en el concejo. Son testigos el futuro rey don Sancho II, los abades de Silos (Santo Domingo), de Cardeña (San Sisebuto) y otros altos personajes. La abadía de Covarrubias parece que vendió parte o todo su dominio en Madrigal. Uno de los compradores fue el muy famoso caballero don Rodrigo Díaz de Vivar, el burgalés mencionado con el nombre de Cid Campeador. Cabe indicar esto porque cuando el Cid contraiga matrimonio con doña Jimena, su esposo la entregará una fuerte dote de propiedades. Entre ellas las que poseía en Madrigal. La mención se halla en la Carta de Arras que se halla en la Catedral de Burgos. Así, la villa quedó unida para siempre al héroe castellano. Un siglo después hallamos otro documento fechado a 14 días de agosto de 1164 y que resulta trascendental para Madrigal del Monte. Este día la condesa Ermesinda dicta al notario Pelayo la transferencia de la villa de Madrigal del Monte al obispo de Burgos y al Cabildo de la Catedral. Doña Ermesinda era viuda del gran personaje y conde don Manrique. Doña Ermesinda y sus hijos, en recuerdo de su esposo y padre donan a don Pedro, obispo de Burgos, y al cabildo que sirve en la catedral a la bienaenturada Virgen María. La donación es íntegra: en lo material y en lo jurisdiccional, mencionando expresamente a los collazos o colonos. Madrigal pasa del realengo al señorío eclesiástico y en él permanecerá hasta el siglo XIX. La incorporación a la mitra burgalesa y a su cabildo capitular resultó beneficiosa para Madrigal. Cuatro años más tarde, el 4 de marzo de 1168, el obispo don Pedro, de acuerdo con su canónigos, otorga un interesante fuero a la villa. Tanto el obispo como su cabildo quieren potenciar a Madrigal aumentando su población con la llegada de nuevos vecinos a los que se invitaba a venir con cláusulas muy favorables. El fuero comenzaba fusionando Madrigal con otra villa inmediata llamada "Mafomad" o "Mahamud". Los vecinos, a partir de un año de residencia, pueden comprar y vender siempre entre sí sus casas y heredades. Todos pueden disponer de la leña y madera de su monte. Las autoridades de la villas las nombrarán conjuntamente el obispo y los vecinos. Estos no pagarán algunos impuestos ni algunas multas por muertes, heridas u otros delitos. Madrigal formaba en 1591 partido administrativo con Tornadijo, Madrigalejo, Zael, Cogollos, Montuenga, Villamiel, Villangómez y Valdorros reuniendo entre todos estos pueblos 472 vecinos, unos 2.000 habitantes. En 1843 reúne 123 habitantes, de los cuales cincuenta son niños que acuden a la escuela del pueblo. Se practica una cierta industria de carbón vegetal y se resalta la fiesta en la ermita de la Virgen de la Yedra. En 1900 los habitantes eran 197 y en 1950 se contaban 310. Tras las disposiciones de las Cortes de Cádiz (1812), Madrigal del Monte ingresó en el régimen general de los ayuntamientos españoles dando fin al señorío eclesiástico.