Tipo de fiesta: 
Popular
Fechas: 
12 de Septiembre
Lugar: 
Celebración: 
Descripción
Miranda celebra el 12 de septiembre sus fiestas en honor de la Patrona de la ciudad, la Virgen de Altamira. Durante las jornadas inmediatas, se suceden verbenas, conciertos, representaciones teatrales, acontecimientos deportivos, conciertos, etc. Dentro de las estas fiestas hay que destacar ciertos acontecimiento promovidos por asociaciones mirandesas como son: La feria de Artesanía (Agrupación Mirandesa de las Artes), y el Festival Folklórico Internacional ‘Jacinto Sarmiento’.
Historia
Se puede decir que ya desde el comienzo del cristianismo se le profesa gran culto a Santa María Madre de Dios y desde le siglo XI se la nombra con la advocación de Virgen de Altamira. En el siglo V existía una parroquia dedicada a San Martín, donde se daba culto a la Virgen de Altamira (su nombre quiere decir "desde alto mira") . Era la parroquia más importante, quizás única, que estaba sita en los Campos, hoy llamados de San Martín, en lo alto de la Picota. Con la invasión árabe las imágenes de gran devoción se esconden en sitios seguros (como cuevas, en los huecos de los árboles u otros lugares insólitos) para evitar su profanación. Así aparece la imagen, en la Cueva de Altamira, sita en la Picota y de esta manera nace la leyenda de "La Cueva". Cerca de ella se construye una ermita dedicada a Santa María de Altamira, donde se la dio fervoroso culto y posteriormente se la dedica un templo que es constituido en parroquia de Santa María de Altamira, y a la vez desaparece la de San Martín. Según consta en documentos de la A. P. S. M. El 15 de Octubre de 1.358, el obispo de Calahorra cede la iglesia y el sitio al conde D. Tello, Señor de Vizcaya, para que edifique un castillo, dada su buena situación estratégica. Los sucesos históricos lo impiden, D. Tello muere en 1.370 y la iglesia sigue en su lugar. En 1449, D. Pedro Sarmiento ocupa la iglesia, la fortaleza y la toma como base para sus depredaciones en la zona. Los mirandeses ante esta actuación y desencanto a su Patrona, tanto el Concejo como los vecinos, deciden derruir la iglesia y trasladan la piedra al lugar destinadoanteriormente por el obispado; en la casa-hospital del Chantre (que es donde se encuentra actualmente la parroquia de Santa María), que a su vez es trasladado a la calle de la "Crucijada". Hubo pleito sobre esta construcción con la ya existente parroquia de San Juan, por estar cercana a la misma. En los siglos XVIII -XIX, a fin de vestirla al estilo de las princesas de la Casa Real, y se le pone rostrillo, manto largo y hasta unas manos postizas colgadas, que sostienen un ramo de flores; escondiendo el manto la bella imagen de talla sentada con niño. Como consecuencia de esta nueva moda surge la leyenda de "Las tres manos" ya que al tapar la imagen del niño una de sus manos asomaba junto a las de su Madre entre los pliegues del ropaje, de aquí que se dijera que la Virgen tenía tres manos. Esta leyenda tuvo sus creencias entre los ciudadanos y se decía que la tercera mano era "hacedora de milagros". En el año 1.936, a consecuencia de la Guerra Civil Española, la imagen que presidía la iglesia desapareció pasto de las llamas en un incendio. En el año 1.937 se encargó al escultor Quintín de la Torre una imagen de la Virgen, la cual no agrada a los mirandeses y acabó en la capilla particular de la Condesa de Berberana, Dña. Rosa Gil Delgado. Posteriormente, una segunda imagen fue hecha por el mismo escultor al estilo de la anterior, y esta aunque no complacía la devoción del pueblo, se colocó en el altar mayor para venerarla como Nuestra Señora de Altamira, Patrona de la Ciudad de Miranda. A partir del año 1974 hay una gran inquietud entre los cofrades de la Virgen de Altamira, tendente a sustituir la imagen por otra nueva, parecida a la que se quemó, para ello recurrieron a las personas mayores que cuidaron y vistieron, en fechas de solemnidad a la imagen desaparecida en 1.936, de sus manifestaciones se recogió información y datos de la antigua imagen, era una talla sentada y policromada del siglo XIV. Se procedió a buscar el artista que llevara a cavo dicho encargo, se visitaron diversas ciudades entre ellas Burgos y Madrid siendo de esta última ciudad el escultor elegido llamado D. José Rodríguez que realizó la obra en sus talleres de Arganda del Rey (Madrid). En enero de 1.980 se dio por finalizada la obra, habiéndose ajustado a las normas de estilo, tamaño y policromía que se especificaron en el contrato, es una talla que imita a la que pudo existir en lo alto de la villa. El 20 de abril se propone exponerla a la contemplación de los vecinos de Miranda en la Parroquia de Santa María para que valoren la belleza de la imagen. El 10 de mayo se procede a la bendición solemne de la imagen con una serie de actos para la veneración y culto público de los fieles.