Localidad de La Parte de Bureba

La villa de La Parte de Bureba es citada por primera vez en un documento del Monasterio de San Salvador de Oña en noviembre de 1129. En ese día Pedro González de La Parte y otros dos socios venden a Martín Cidad, apoderado del monasterio, unas fincas en Valdulago y unas adras de molino por el precio de 30 sueldos. La villa como tal es citada en otro documento del mismo archivo, aunque del año 1201, por el que podemos saber que Don Pedro, abad de Oña, cambia con el matrimonio Martín y Sancha unas fincas, operación de la que son testigos tres vecinos de La Parte de Bureba (que aparece escrito como La Parth), que son Juan Pérez, Domingo Díaz y don Esteban. Pero, La Parte de Bureba existía desde bastante antes, quizá desde hacía ya 300 años y explicamos la razón de esta afirmación: La Parte de Bureba se fundó en dos barrios, todavía hoy claramente definidos, y que parece ser que tuvieron vida separada e independiente, tanto que una parte, la de Suso (arriba) se escribió alguna vez como Villasuso, mientras que la parte de abajo se llamó Quintana Palacios hasta el siglo XIII. Esta realidad de fundar dos villas muy cercanas sucedió con alguna frecuencia durante la reconquista y repoblación de los siglos altomedievales, incluso en la misma Bureba. Quintana Palacios es citada en el año 1102 con ocasión de la donación que la señora Mayor Andesquina hace al Monasterio de San Salvador de Oña, de varias propiedades situadas en pueblos de La Bureba, especialmente en las tierras más cercanas a lo que hoy se llama Mesa de Oña. Entre esos pueblos se menciona a Quintana Palacios. Cinco años más tarde, en el 1107, un matrimonio dona al abad de Oña la importante hacienda que posee en Quintana Palacios y que consiste en un palacio que linda con el palacio del vecino Rodrigo Díaz. Todo esto indica que Quintana Palacios y su inmediata, La Parte, aparecen en la historia al comenzar el siglo XIII como villas perfectamente organizadas y reconocidas, lo cual confirma la tesis de que su vida venía desde el siglo IX, cuando don Rodrigo y su hijo Diego Porcelos –fundador de Burgos- repoblaron La Bureba y se recuperaron las importantes villas de Poza de la Sal, Pancorbo y Briviesca. En el actual término de La Parte, de 1.700 hectáreas, no solamente existió Quintana Palacios con vida propia durante algún tiempo. Existieron otras dos villas, hace siglos despobladas, y que se llamaron Quintanilla de Juan Laínez y Valles. El nombre de Juan Laínez lo hemos leído antes y puede ser una mera coincidencia andrónima o el nombre de un repoblador tardío que estableció un poblamiento al noroeste a 900 metros del barrio de arriba, en el pago que llaman hoy La Puente Pino. Se cita a esta villa en los años 1102 y 1107 con el nombre completo (Quintanilla de Juan Laínez). Por otro lado, Valles fue una pequeña aldea situada a 1.500 metros al noroeste, en el actual pago de San Miguel, junto al manantial que dicen que existía en los valles; aparece citado en el año 1107 como lugar de viñas. A finales del siglo XIII o principios del XIV, La Parte de Bureba quedó constituida como villa única, perdiéndose en la historia los nombres de Quintana Palacios, Quintanilla de Juan Laínez y Valles. Así se cerró el ciclo constituyente abierto a finales del siglo IX cuando se repobló este sector burebano, agregado al alfoz de Poza y defendido por el torreón alzado estratégicamente entre los dos barrios que forman La Parte de Bureba. Entra ahora la villa en los juegos de intereses como centro de inversión agraria. La Abadía de Oña, dada su cercanía aparece en diversos documentos como dueña de La Parte de Bureba; pero el monasterio enajena la villa en el año 1380, que entra en el señorío de la poderosa familia de los Velasco, que la incluyen en su principal mayorazgo. Durante al menos otros tres siglos la villa vivió bajo el régimen señorial, aunque a los Velasco no parecía importarles la villa en demasía, aunque sí les interesaba el monte de 300 fanegas, quizá por la caza y la bellota; y no faltó el rollo jurisdiccional que advertía quien era la suprema autoridad en la villa. A finales del siglo XVIII, La Parte había vuelto al realengo y era villa por sí, incluida en la cuadrilla de La Vid de Bureba, compuesta por otras quince villas, todas en el régimen real. Por el año 1843 sumaba la villa 184 habitantes, seguían vivos los dos barrios con sus respectivas iglesias de San Martín y de San Ildefonso. Los vecinos cultivan lino, cáñamo, cereal y vino, y cuidan sus montes del carrascal y Dehesilla que lindan con el pueblo de Penches y que están en la llamada Sierra del Abad de Oña. La Parte de Bureba ha soportado los fuertes cambios sociales de la segunda mitad del siglo XX operados por la mecanización en el campo, los nuevos abonos, la concentración agraria y la industria.