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Una de las puertas de acceso a la ciudad más famosa en tiempos del Cid, aunque las murallas que la rodeaban fueron derribadas para realizar la construcción del Espolón y sus aledaños a finales del siglo XVIII. Las obras de reconstrucción de arco y de la torre se realizaron en el siglo XIV. Pero fue en 1536 cuando su remodelación fue completa a manos de Francisco de Colonia y Juan de Vallejo. Fue erigido en honor a Carlos V. El arco aparece flanqueado por dos torres que culminan en cuatro torrecillas. Las estatuas que se insertan en la citada puerta son las de Nuño Rasura, Laín Clavo, Diego Porcelos, Fernán González, Rodrigo Díaz de Vivar y Carlos V. En su interior merece mención a parte la Sala de Poridad, con un hermoso techo mudéjar, en la que se reunían los ediles para tratar los asuntos del consejo.