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El diapiro de Poza de la Sal es una de las más singulares y llamativas estructuras geomorfológicos que se puedan contemplar en nuestra provincia. Los romanos fueron los que organizaron su explotación en el siglo I d. C., ya que la sal había que extraerla de sus vetas a base de excavar grandes pozos y galerías e inyectar el agua que al evaporarse emergía en muera. Extendiéndose está última en canales para su posterior cristalización.. En la actualidad ya han dejado de cumplir su milenaria función, pero en un punto importante de interés paisajístico.